SMYSLOV: EL CAMPEÓN OLVIDADO
Smyslov, Vassili 1921-2010, séptimo campeón del mundo. Ruso. Campeón de la URSS en 1949, ha ganado también con su país numerosas competiciones por equipos. Aunque Smyslov no tuvo el título de campeón del mundo más que un año, de 1955 a 1956, es un ejemplo de longevidad: entre 1948 y 1985, fue ocho veces candidato al título mundial.
EL ASCENSO HACIA EL TÍTULO SUPREMO
En 1912, en el club de San Petersburgo, Vassili Smyslov ganó a Alexandre Alekhine. Sí, se trataba de Alexandre Alekhine, que contaba entonces veinte años y que se convertiría en campeón del mundo en 1927. Pero no estamos hablando de Vassili Smyslov, el séptimo campeón del mundo, sino de su padre, del que heredó la pasión por el ajedrez. El joven Vassili que nos ocupa, nacido en 1921, creció, por tanto, en un ambiente propicio: su padre poseía un centenar de libros sobre ajedrez.
Smylov ganó el campeonato de Moscú en 1942, se convirtió en gran maestro en 1943, se clasificó segundo en el Campeonato de la URSS en 1944 y participo en su primer torneo internacional en Groninga, en 1946. Se clasificó tercero, detrás de los campeones Euwe y Botvinnik. Este buen resultado le permitió participar, dos años más tarde, en 1948, en el Torneo-Campeonato del mundo, donde quedó segundo tras Botvinnik, que se hizo con el título. Smyslov tuvo seguidamente que superar la etapa del torneo de los Candidatos. En 1950, en Budapest, fue tercero detrás de Bronstein y Boleslavski. En 1953, ganó el famoso torneo de Candidatos de Zurich y se preparó para enfrentarse a Botvinnik. El encuentro tuvo lugar en 1955, pero, al igual que su compatriota Bronstein tres años antes, Smyslov empató el encuentro (7 victorias, 7 derrotas y 10 tablas) y el título se le escapó. Un año más tarde, quedó en el primer puesto en el vigésimo segundo Campeonato de la URSS, empatado con Geller, pero perdió el encuentro de desempate. Entre 1953 y 1956, dejando de lado esta derrota, Smyslov ganó todo lo que emprendió y, naturalmente, se clasificó de nuevo al ganar el torneo de los Candidatos de Amsterdam en 1956. Estaba considerado en ese momento como el mejor jugador del mundo y salió favorito.
Esta vez Smyslov ganó su encuentro frente a Botvinnik: 6 victorias a 3, con 13 tablas. Entonces llegó el encuentro de vuelta, para el que Botvinnik se preparó intensamente: recuperó lo que consideraba suyo por 7 victorias contra 5 y 11 tablas.
UNA LARGA CARRERA
La cima de la carrera de Smyslov ya quedaba atrás. En 1964 se clasificó una vez más para el encuentro de los Candidatos, pero perdió contra Geller por 5,5 contra 2,5. Desde ese momento no conseguiría mantener el nivel. Sin embargo, veinte años más tarde realizaría una hazaña. En efecto, en 1984 con sesenta y un años, consiguió para sorpresa general, clasificarse para los encuentros de los Candidatos. En cuartos de final eliminó al alemán Robert Hübner. En esta ocasión, el Campeonato del mundo inauguró un sistema de desempate más que discutible: en caso de igualdad, los dos jugadores dejarían el tablero y se lo jugarían a la ruleta. Smyslov tenía los números rojos, Hübner los negros (el color que figura en la bandera alemana). Ironías del azar, en la primera tirada salió el cero, en la siguiente, la ruleta favoreció al veterano. En semifinales Smyslov derrotó al húngaro Ribli. Tuvo que enfrentarse en la final contra Gari Kasparov, un obstáculo esta vez insalvable, y se doblegó ante el futuro campeón del mundo. Aún participaría Smyslov en el torneo de los Candidatos de Montpellier, en 1985, y en varias competiciones del tipo "veteranos contra mujeres" en los años noventa.
Entre la pérdida de su título y la apoteosis de 1984, Smyslov ganaría, sin embargo, más de una veintena de torneos internacionales: el Memorial Capablanca de La Habana, en 1964 y 1965, el Jubileo del 50 aniversario de la Revolución de Octubre, en Moscú en 1967, el Memorial Rubinstein, en Polanica Zdroj en 1968; los torneos de Amsterdam de 1971; de Reikjavic de 1974, y de Sao Paulo en 1978, por citar sólo algunos.
Participaría también en el "encuentro del siglo", que enfrentó a la URSS contra el "resto del mundo en 1970". Frenta a Reshevsky y Olafsson, marcó 2,5 puntos sobre 4. En 1984, en la segunda edición de este encuentro, jugó dos partidas contra el yugoslavo Ljubojevic: perdió la primera e hizo tablas en la segunda.
CREATIVO Y PEDAGOGO
Smyslov, partidario de un estilo clásico, busca, según confesión propia, la armonía y la verdad. Sus gustos le llevaron naturalmente a estudiar a los jugadores románticos, y luego a enlazar lógicamente con los clásicos y los modernos. En su recopilación de partidas, Smyslov explica que, desde su punto de vista, este aprendizaje, siguiendo el orden cronólogico de las ideas, constituye un buen método. Dotado de una gran visión táctica, se encuentra también entre los grandes especialistas en finales. Escribió especialmente, en colaboración de su compatriota Lowenfisch, una célebre obra sobre los finales de torres, que aún mantiene su vigencia en la actualidad. Smyslov tiene numerosas ideas y es importante su contribución al mundo de las aperturas. Con las negras, profundizó en la defensa eslava sobre 1.d4, y, en la Grünfeld, creó una variante que lleva su nombre. En la española cerrada, Smyslov introdujo nuevos movimientos después de 1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 a6 4.Aa4 Cf6 5. 0-0 Ae7 6.Te1 b5 7.Ab3 d6 8.c3 0-0 9. h3, imagina 9.Dd7 y 9. h6, la variante Smyslov, asi como otras ideas sobre 9. Ca5, la variante de Tchigorine, y 9.Cd7, la de Ragozin. Fuera del ajedrez Smyslov es una amante de la música, una afición transmitida por su padre. ¡Le gustaba cantar en las cenas de clausura de los torneos!
Veamos algunas de sus partidas:
Fuente: LAROUSSE DEL AJEDREZ
EL ASCENSO HACIA EL TÍTULO SUPREMO
En 1912, en el club de San Petersburgo, Vassili Smyslov ganó a Alexandre Alekhine. Sí, se trataba de Alexandre Alekhine, que contaba entonces veinte años y que se convertiría en campeón del mundo en 1927. Pero no estamos hablando de Vassili Smyslov, el séptimo campeón del mundo, sino de su padre, del que heredó la pasión por el ajedrez. El joven Vassili que nos ocupa, nacido en 1921, creció, por tanto, en un ambiente propicio: su padre poseía un centenar de libros sobre ajedrez.
Smylov ganó el campeonato de Moscú en 1942, se convirtió en gran maestro en 1943, se clasificó segundo en el Campeonato de la URSS en 1944 y participo en su primer torneo internacional en Groninga, en 1946. Se clasificó tercero, detrás de los campeones Euwe y Botvinnik. Este buen resultado le permitió participar, dos años más tarde, en 1948, en el Torneo-Campeonato del mundo, donde quedó segundo tras Botvinnik, que se hizo con el título. Smyslov tuvo seguidamente que superar la etapa del torneo de los Candidatos. En 1950, en Budapest, fue tercero detrás de Bronstein y Boleslavski. En 1953, ganó el famoso torneo de Candidatos de Zurich y se preparó para enfrentarse a Botvinnik. El encuentro tuvo lugar en 1955, pero, al igual que su compatriota Bronstein tres años antes, Smyslov empató el encuentro (7 victorias, 7 derrotas y 10 tablas) y el título se le escapó. Un año más tarde, quedó en el primer puesto en el vigésimo segundo Campeonato de la URSS, empatado con Geller, pero perdió el encuentro de desempate. Entre 1953 y 1956, dejando de lado esta derrota, Smyslov ganó todo lo que emprendió y, naturalmente, se clasificó de nuevo al ganar el torneo de los Candidatos de Amsterdam en 1956. Estaba considerado en ese momento como el mejor jugador del mundo y salió favorito.
Esta vez Smyslov ganó su encuentro frente a Botvinnik: 6 victorias a 3, con 13 tablas. Entonces llegó el encuentro de vuelta, para el que Botvinnik se preparó intensamente: recuperó lo que consideraba suyo por 7 victorias contra 5 y 11 tablas.
UNA LARGA CARRERA
La cima de la carrera de Smyslov ya quedaba atrás. En 1964 se clasificó una vez más para el encuentro de los Candidatos, pero perdió contra Geller por 5,5 contra 2,5. Desde ese momento no conseguiría mantener el nivel. Sin embargo, veinte años más tarde realizaría una hazaña. En efecto, en 1984 con sesenta y un años, consiguió para sorpresa general, clasificarse para los encuentros de los Candidatos. En cuartos de final eliminó al alemán Robert Hübner. En esta ocasión, el Campeonato del mundo inauguró un sistema de desempate más que discutible: en caso de igualdad, los dos jugadores dejarían el tablero y se lo jugarían a la ruleta. Smyslov tenía los números rojos, Hübner los negros (el color que figura en la bandera alemana). Ironías del azar, en la primera tirada salió el cero, en la siguiente, la ruleta favoreció al veterano. En semifinales Smyslov derrotó al húngaro Ribli. Tuvo que enfrentarse en la final contra Gari Kasparov, un obstáculo esta vez insalvable, y se doblegó ante el futuro campeón del mundo. Aún participaría Smyslov en el torneo de los Candidatos de Montpellier, en 1985, y en varias competiciones del tipo "veteranos contra mujeres" en los años noventa.
Entre la pérdida de su título y la apoteosis de 1984, Smyslov ganaría, sin embargo, más de una veintena de torneos internacionales: el Memorial Capablanca de La Habana, en 1964 y 1965, el Jubileo del 50 aniversario de la Revolución de Octubre, en Moscú en 1967, el Memorial Rubinstein, en Polanica Zdroj en 1968; los torneos de Amsterdam de 1971; de Reikjavic de 1974, y de Sao Paulo en 1978, por citar sólo algunos.
Participaría también en el "encuentro del siglo", que enfrentó a la URSS contra el "resto del mundo en 1970". Frenta a Reshevsky y Olafsson, marcó 2,5 puntos sobre 4. En 1984, en la segunda edición de este encuentro, jugó dos partidas contra el yugoslavo Ljubojevic: perdió la primera e hizo tablas en la segunda.
CREATIVO Y PEDAGOGO
Smyslov, partidario de un estilo clásico, busca, según confesión propia, la armonía y la verdad. Sus gustos le llevaron naturalmente a estudiar a los jugadores románticos, y luego a enlazar lógicamente con los clásicos y los modernos. En su recopilación de partidas, Smyslov explica que, desde su punto de vista, este aprendizaje, siguiendo el orden cronólogico de las ideas, constituye un buen método. Dotado de una gran visión táctica, se encuentra también entre los grandes especialistas en finales. Escribió especialmente, en colaboración de su compatriota Lowenfisch, una célebre obra sobre los finales de torres, que aún mantiene su vigencia en la actualidad. Smyslov tiene numerosas ideas y es importante su contribución al mundo de las aperturas. Con las negras, profundizó en la defensa eslava sobre 1.d4, y, en la Grünfeld, creó una variante que lleva su nombre. En la española cerrada, Smyslov introdujo nuevos movimientos después de 1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 a6 4.Aa4 Cf6 5. 0-0 Ae7 6.Te1 b5 7.Ab3 d6 8.c3 0-0 9. h3, imagina 9.Dd7 y 9. h6, la variante Smyslov, asi como otras ideas sobre 9. Ca5, la variante de Tchigorine, y 9.Cd7, la de Ragozin. Fuera del ajedrez Smyslov es una amante de la música, una afición transmitida por su padre. ¡Le gustaba cantar en las cenas de clausura de los torneos!
Veamos algunas de sus partidas:
Fuente: LAROUSSE DEL AJEDREZ
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