JOSE RAUL CAPABLANCA: GENIALIDAD, SENCILLEZ Y ELEGANCIA
José Raúl Capablanca y Graupera (La Habana, 19 de noviembre de 1888 - Nueva York, 8 de marzo de 1942) fue un ajedrecista cubano, campeón mundial de ajedrez de 1921 a 1927. Por su genio precoz, fue apodado "el Mozart del ajedrez"; por el aura de invencibilidad en su época dorada se le llamó "la máquina del ajedrez"
Era un niño prodigio y ya desde muy pequeño mostraba una inteligencia fuera de lo común. Posiblemente estamos hablando del mayor talento natural de la historia del ajedrez. Se dice que no tenia tablero de ajedrez en casa y que no hacia ningún tipo de preparación o estudio antes de las partidas. De hecho ese fue el motivo de la pérdida del título mundial ante Akehine el cúal si había estudiado con inédita profundidad los patrones subyacentes en el estilo de juego de Capablanca, sus movimientos recurrentes y respuestas ante problemas complicados, etc., inaugurando una forma de trabajo que es norma hoy en día entre los máximos exponentes del ajedrez mundial.
José R. Capablanca perdió solamente 36 partidas de un total de 567 en toda su carrera como jugador de Ajedrez. No perdió un solo juego entre 1916 y 1924 y ganó 7, empató 35 y perdió 6 partidas de Campeonato Mundial con un resultado de 24½ puntos de un total de 48 juegos jugados. En Marzo 7 de 1942, sufre una embolia cerebral al estar analizando un juego de Ajedrez en el Club de Ajedrez de Manhattan. Muere al día siguiente en el hospital Monte Sinaí el mismo hospital en el que Emanuel Lasker falleciera un año antes.
Una de las anécdotas más increíbles del campeón cubano es la de Capablanca y el dominó que expongo a continuación:
José Raúl Capablanca murió en 1942, yo no había nacido, sin embargo fueron muchos los que me contaron esta historia, todos por separado. Entre ellos estaban mis padres, ya fallecidos y de los cuales acepto todo el relato porque eran personas excepcionales, incapaces de decir una mentira por pequeña que fuera, ni agrandar o magnificar un hecho, ni siquiera en forma insignificante.
Esto ocurrió alrededor de 1935. No recuerdo la fecha exacta, en una de las visitas del maestro a Cuba. El trabajaba en el servicio diplomático en el extranjero y cada vez que podía, visitaba su país, a sus padres y al resto de la familia.
Por lo general se reunían en la barriada de Santos Suárez en La Habana, y asistía la mayor parte de la familia relacionada con mi madre. Es decir, mi parentesco con el maestro me viene por parte de madre.
Recordando, mi abuelo Alfonso Capablanca (padre de mi mamá), era hermano de José María Capablanca (padre de José Raúl). Entonces se reunían las siete hijas de mi abuelo (entre ellas mi mamá) + un hijo varón (mi tío Enrique Capablanca). Asistían además, sus esposos y en esa ocasión había un invitado especial el MN cubano Francisco Planas, que acompañó a José Raúl en el equipo olímpico cubano que obtuvo el decimoprimer lugar (11no.), en la Olimpiada Mundial de Ajedrez celebrada en Buenos Aires en 1939, donde Capablanca se lució, ganando la medalla de oro en el primer tablero. (Estaba Alekhine, entonces campeón mundial, pero las simpatías eran para Capablanca)
Estaban presentes ese, entre otros:
1) José Raúl Capablanca y Graupera
2) María Capablanca Verde (mi madre)
3) Bernardo Revuelta Martin (mi padre nacido en Sevilla-España)
4) Mi tío Enrique Capablanca Verde
5) Mis tías de los mismos apellidos:
Lupe, Zoila, Consuelo, Antonia, Carmen y Sara
(esta última mi madrina y casada con César Graupera Capablanca,
mi padrino, y doble primo de José Raúl Capablanca y Graupera.
6) Y el resto de los esposos de mis tías + la esposa de mi tío Enrique.
7) Entre ellos Manuel López (aún vive) nacido en Oviedo-España y esposo
de mi tía Lupe (esta murió hace cuatro años).
Desarrollo de la anécdota:
Para comprender la anécdota, hay que conocer el “juego del dominó” En Cuba, se juega mucho el dominó (existe hasta campeonato mundial),
A José Raúl no le gustaban las bebidas alcohólicas y tampoco fumaba, sin embargo, le gustaba la buena mesa. Sus primas, entre ellas mi mamá, se esmeraban en prepararle diferentes platillos y jugos de frutas naturales. Todas mis tías eran excelentes cocineras y mi mamá y la tía Zoila, eran de las mejores. Por supuesto José Raúl, se sentía muy a gusto con sus primas (todas eran jóvenes, muy bonitas y además buenas cocineras). Mi mamá tenía 23 años, por ejemplo.
Según mis padres, el maestro tenía una personalidad irresistible y era muy bien parecido. Como entretenimiento se jugaba a las cartas (Capablanca era un excelente jugador de bridge y otros juegos complicados), al dominó, y a veces alguna que otra partida de Ajedrez si había algún invitado especial, como ese día con el caso del MN cubano Francisco Planas.
En el juego de dominó se sientan cuatro jugadores en una mesa y por lo general se juega en parejas. Es decir, dos parejas. Cuando una pareja domina bastante bien el juego, casi siempre vence a la pareja menos aventajada. También se puede jugar individualmente (en Cuba se llama jugar a la guerra), pero a casi nadie le gusta, porque un jugador le mata las fichas al otro y “no se puede desarrollar bien el juego”
Cada vez que intento jugar a la guerra, entre cuatro, cada uno por su lado, gana cualquiera, no el que “mejor” juega. Muchas veces gana el que menos sabe. Sin embargo: Capablanca jugaba a la guerra, pues según él, no compartía su cerebro con nadie.
Ante el asombro de todos: Capablanca casi siempre ganaba. Mi padre que era muy inteligente, cuando no estaba jugando entre los cuatro, se sentaba detrás del maestro para tratar de observarlo y ver cuál era el misterio, pues todos consideraban como increíble, que Capablanca siempre ganara.
De cada 20 datas, Capablanca ganaba de 18 a 19 (del 90 al 95 %) En una ocasión, alguien hizo la observación de que Capablanca tenía mucha suerte y el maestro no contestó, pero dirigió una mirada al infortunado comentarista (mi tío Enrique), que todos comprendieron.
A su vez Capablanca jugaba ese día contra Francisco Planas, que se sentaba a lo lejos y contra el tío político Máximo Rollo (también un excelente aficionado). Lo hacía sentado desde se mesa, mientras alguien revolvía las fichas que estaban boca abajo, tapadas, después de finalizar una data y como preparación para la siguiente.
¿Preguntaba en el Ajedrez, alguien jugó? Si le daban la jugada, respondía de inmediato y continuaba con el dominó. En esta situación ambiental surgió la increíble anécdota que paso a contar:
El juego de dominó tiene 55 fichas, la mayor el doble 9 (son 18 puntos en mano), la menor el doble blanco (son cero puntos). Cada jugador toma diez fichas (tapadas o boca abajo), las levanta tapándolas (por el reverso) y nadie puede ver sus fichas, ni este la de sus tres contrarios. El que gana es el jugador que logra primero, colocar sus diez fichas o en caso que el juego se tranque o se bloquee, entonces gana el que menos puntos tiene en mano.
En ese momento histórico para los presentes, jugaban: Mi tío Enrique Capablanca, mi tía Lupe Capablanca, mi padrino César Graupera Capablanca y por supuesto el maestro José Raúl Capablanca y Graupera.
Había terminado la data y por supuesto el genial cubano había ganado, como “casi” siempre. Mientras se movían las fichas el tío Enrique hizo uno de sus comentarios: Dijo así, que lástima, me equivoqué en mi penúltima jugada, pues si hubiese jugado esta ficha, en lugar de la que jugué, hubiese ganado.
Capablanca, se sintió ofendido ante ese comentario y le contestó, usted no sabe lo que está diciendo.
Ya los jugadores estaban ordenando las fichas para la próxima data (Capablanca no las ordenaba, las dejaba en la misma posición en que las levantaba) y el genio dijo, como esta data no ha comenzado, vamos a reproducir el juego anterior. Todos se quedaron mudos, e inclusive los que jugaban Ajedrez, se levantaron de sus asientos, para presenciar el venidero incidente, algo así como un acto de magia.
En efecto, Capablanca, puso las fichas boca arriba (hizo visibles las 55 fichas), y rápidamente ante el asombro de todos, empezó a repartir a cada jugador sus diez fichas, en total 4 x 10 = 40.
A su vez separó las 15 fichas sobrantes, todo esto a una velocidad supersónica. Entonces ante los ojos de todos comenzó a reproducir la partida, dijo así:
Yo abrí con el doble siete, fulano jugó tal cosa, este no llevaba y se pasó, etc., hasta reproducir el juego completo ante la vista y aprobación de todos. Entonces, al llegar al momento del comentario del tío Enrique, le dijo a este:
A ver, ¿Cuál es su variante ganadora? De más está decir que el tío temblaba, no podía hablar. El maestro dijo entonces:
Bueno te ayudo, hay tres variantes posibles:
1. La primera es esta, al parecer fue lo que usted comentó y como usted ve, el juego continua así y gano yo.
2. Con la segunda, el juego se tranca aquí y también gano yo, por tener menor cantidad de puntos en mano.
3. Y la tercera variante, fue la que usted escogió y con la cual gané el partido.
Ahí fue cuando todos se explicaron, porqué Capablanca siempre ganaba……Mi padre, que jugaba ajedrez o dominó, de vez en cuando, se retiró un poco de ambos, ante el maestro.
A partir de ese momento a todos les daba pena jugar, pensando en el juicio que Capablanca se haría de ellos. Esta anécdota la hice por la TV cubana, un domingo, hace más o menos 14 años, en el programa TR Deportes.
Nunca se ha publicado y aseguro, que los detalles que he dado, son rigurosamente ciertos, pues lo comprobé con cada uno de los presentes por separado, cuando todos vivían.
Fuentes y Enlaces de Interés:
http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Ra%C3%BAl_Capablanca
http://www.escacsrubi.com/portada/galeria/capablanca.htm
http://www.ajedrezpinal.com/2010/12/de-lo-mejor-escrito-sobre-capablanca.html
http://www.taringa.net/comunidades/ajedrezapasionado/501398/La-Anecdota-de-Capablanca-y-el-Domino.html
Era un niño prodigio y ya desde muy pequeño mostraba una inteligencia fuera de lo común. Posiblemente estamos hablando del mayor talento natural de la historia del ajedrez. Se dice que no tenia tablero de ajedrez en casa y que no hacia ningún tipo de preparación o estudio antes de las partidas. De hecho ese fue el motivo de la pérdida del título mundial ante Akehine el cúal si había estudiado con inédita profundidad los patrones subyacentes en el estilo de juego de Capablanca, sus movimientos recurrentes y respuestas ante problemas complicados, etc., inaugurando una forma de trabajo que es norma hoy en día entre los máximos exponentes del ajedrez mundial.
José R. Capablanca perdió solamente 36 partidas de un total de 567 en toda su carrera como jugador de Ajedrez. No perdió un solo juego entre 1916 y 1924 y ganó 7, empató 35 y perdió 6 partidas de Campeonato Mundial con un resultado de 24½ puntos de un total de 48 juegos jugados. En Marzo 7 de 1942, sufre una embolia cerebral al estar analizando un juego de Ajedrez en el Club de Ajedrez de Manhattan. Muere al día siguiente en el hospital Monte Sinaí el mismo hospital en el que Emanuel Lasker falleciera un año antes.
José Capablanca fue sepultado con grandes honores en La Habana, Cuba. El General Batista, Presidente de Cuba, se hizo cargo personalmente de los trámites funerarios. Capablanca fue el Campeón mundial de menos duración en vida muriendo a la edad de 53 años y 109 días. Fue Campeón Mundial por 6 años y nunca se le dio la oportunidad por una revancha. Su clasificación de ELO histórica ha sido calculada en 2725. En el año de 1951, Cuba editó una estampilla de 25 centavos con el retrato de Capablanca en ella. Fue la primer estampilla emitida con la figura de un Maestro de Ajedrez. Veamos algunas de sus mejores partidas: |
José Raúl Capablanca murió en 1942, yo no había nacido, sin embargo fueron muchos los que me contaron esta historia, todos por separado. Entre ellos estaban mis padres, ya fallecidos y de los cuales acepto todo el relato porque eran personas excepcionales, incapaces de decir una mentira por pequeña que fuera, ni agrandar o magnificar un hecho, ni siquiera en forma insignificante.
Esto ocurrió alrededor de 1935. No recuerdo la fecha exacta, en una de las visitas del maestro a Cuba. El trabajaba en el servicio diplomático en el extranjero y cada vez que podía, visitaba su país, a sus padres y al resto de la familia.
Por lo general se reunían en la barriada de Santos Suárez en La Habana, y asistía la mayor parte de la familia relacionada con mi madre. Es decir, mi parentesco con el maestro me viene por parte de madre.
Recordando, mi abuelo Alfonso Capablanca (padre de mi mamá), era hermano de José María Capablanca (padre de José Raúl). Entonces se reunían las siete hijas de mi abuelo (entre ellas mi mamá) + un hijo varón (mi tío Enrique Capablanca). Asistían además, sus esposos y en esa ocasión había un invitado especial el MN cubano Francisco Planas, que acompañó a José Raúl en el equipo olímpico cubano que obtuvo el decimoprimer lugar (11no.), en la Olimpiada Mundial de Ajedrez celebrada en Buenos Aires en 1939, donde Capablanca se lució, ganando la medalla de oro en el primer tablero. (Estaba Alekhine, entonces campeón mundial, pero las simpatías eran para Capablanca)
Estaban presentes ese, entre otros:
1) José Raúl Capablanca y Graupera
2) María Capablanca Verde (mi madre)
3) Bernardo Revuelta Martin (mi padre nacido en Sevilla-España)
4) Mi tío Enrique Capablanca Verde
5) Mis tías de los mismos apellidos:
Lupe, Zoila, Consuelo, Antonia, Carmen y Sara
(esta última mi madrina y casada con César Graupera Capablanca,
mi padrino, y doble primo de José Raúl Capablanca y Graupera.
6) Y el resto de los esposos de mis tías + la esposa de mi tío Enrique.
7) Entre ellos Manuel López (aún vive) nacido en Oviedo-España y esposo
de mi tía Lupe (esta murió hace cuatro años).
Desarrollo de la anécdota:
Para comprender la anécdota, hay que conocer el “juego del dominó” En Cuba, se juega mucho el dominó (existe hasta campeonato mundial),
A José Raúl no le gustaban las bebidas alcohólicas y tampoco fumaba, sin embargo, le gustaba la buena mesa. Sus primas, entre ellas mi mamá, se esmeraban en prepararle diferentes platillos y jugos de frutas naturales. Todas mis tías eran excelentes cocineras y mi mamá y la tía Zoila, eran de las mejores. Por supuesto José Raúl, se sentía muy a gusto con sus primas (todas eran jóvenes, muy bonitas y además buenas cocineras). Mi mamá tenía 23 años, por ejemplo.
Según mis padres, el maestro tenía una personalidad irresistible y era muy bien parecido. Como entretenimiento se jugaba a las cartas (Capablanca era un excelente jugador de bridge y otros juegos complicados), al dominó, y a veces alguna que otra partida de Ajedrez si había algún invitado especial, como ese día con el caso del MN cubano Francisco Planas.
En el juego de dominó se sientan cuatro jugadores en una mesa y por lo general se juega en parejas. Es decir, dos parejas. Cuando una pareja domina bastante bien el juego, casi siempre vence a la pareja menos aventajada. También se puede jugar individualmente (en Cuba se llama jugar a la guerra), pero a casi nadie le gusta, porque un jugador le mata las fichas al otro y “no se puede desarrollar bien el juego”
Cada vez que intento jugar a la guerra, entre cuatro, cada uno por su lado, gana cualquiera, no el que “mejor” juega. Muchas veces gana el que menos sabe. Sin embargo: Capablanca jugaba a la guerra, pues según él, no compartía su cerebro con nadie.
Ante el asombro de todos: Capablanca casi siempre ganaba. Mi padre que era muy inteligente, cuando no estaba jugando entre los cuatro, se sentaba detrás del maestro para tratar de observarlo y ver cuál era el misterio, pues todos consideraban como increíble, que Capablanca siempre ganara.
De cada 20 datas, Capablanca ganaba de 18 a 19 (del 90 al 95 %) En una ocasión, alguien hizo la observación de que Capablanca tenía mucha suerte y el maestro no contestó, pero dirigió una mirada al infortunado comentarista (mi tío Enrique), que todos comprendieron.
A su vez Capablanca jugaba ese día contra Francisco Planas, que se sentaba a lo lejos y contra el tío político Máximo Rollo (también un excelente aficionado). Lo hacía sentado desde se mesa, mientras alguien revolvía las fichas que estaban boca abajo, tapadas, después de finalizar una data y como preparación para la siguiente.
¿Preguntaba en el Ajedrez, alguien jugó? Si le daban la jugada, respondía de inmediato y continuaba con el dominó. En esta situación ambiental surgió la increíble anécdota que paso a contar:
El juego de dominó tiene 55 fichas, la mayor el doble 9 (son 18 puntos en mano), la menor el doble blanco (son cero puntos). Cada jugador toma diez fichas (tapadas o boca abajo), las levanta tapándolas (por el reverso) y nadie puede ver sus fichas, ni este la de sus tres contrarios. El que gana es el jugador que logra primero, colocar sus diez fichas o en caso que el juego se tranque o se bloquee, entonces gana el que menos puntos tiene en mano.
En ese momento histórico para los presentes, jugaban: Mi tío Enrique Capablanca, mi tía Lupe Capablanca, mi padrino César Graupera Capablanca y por supuesto el maestro José Raúl Capablanca y Graupera.
Había terminado la data y por supuesto el genial cubano había ganado, como “casi” siempre. Mientras se movían las fichas el tío Enrique hizo uno de sus comentarios: Dijo así, que lástima, me equivoqué en mi penúltima jugada, pues si hubiese jugado esta ficha, en lugar de la que jugué, hubiese ganado.
Capablanca, se sintió ofendido ante ese comentario y le contestó, usted no sabe lo que está diciendo.
Ya los jugadores estaban ordenando las fichas para la próxima data (Capablanca no las ordenaba, las dejaba en la misma posición en que las levantaba) y el genio dijo, como esta data no ha comenzado, vamos a reproducir el juego anterior. Todos se quedaron mudos, e inclusive los que jugaban Ajedrez, se levantaron de sus asientos, para presenciar el venidero incidente, algo así como un acto de magia.
En efecto, Capablanca, puso las fichas boca arriba (hizo visibles las 55 fichas), y rápidamente ante el asombro de todos, empezó a repartir a cada jugador sus diez fichas, en total 4 x 10 = 40.
A su vez separó las 15 fichas sobrantes, todo esto a una velocidad supersónica. Entonces ante los ojos de todos comenzó a reproducir la partida, dijo así:
Yo abrí con el doble siete, fulano jugó tal cosa, este no llevaba y se pasó, etc., hasta reproducir el juego completo ante la vista y aprobación de todos. Entonces, al llegar al momento del comentario del tío Enrique, le dijo a este:
A ver, ¿Cuál es su variante ganadora? De más está decir que el tío temblaba, no podía hablar. El maestro dijo entonces:
Bueno te ayudo, hay tres variantes posibles:
1. La primera es esta, al parecer fue lo que usted comentó y como usted ve, el juego continua así y gano yo.
2. Con la segunda, el juego se tranca aquí y también gano yo, por tener menor cantidad de puntos en mano.
3. Y la tercera variante, fue la que usted escogió y con la cual gané el partido.
Ahí fue cuando todos se explicaron, porqué Capablanca siempre ganaba……Mi padre, que jugaba ajedrez o dominó, de vez en cuando, se retiró un poco de ambos, ante el maestro.
A partir de ese momento a todos les daba pena jugar, pensando en el juicio que Capablanca se haría de ellos. Esta anécdota la hice por la TV cubana, un domingo, hace más o menos 14 años, en el programa TR Deportes.
Nunca se ha publicado y aseguro, que los detalles que he dado, son rigurosamente ciertos, pues lo comprobé con cada uno de los presentes por separado, cuando todos vivían.
Fuentes y Enlaces de Interés:
http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Ra%C3%BAl_Capablanca
http://www.escacsrubi.com/portada/galeria/capablanca.htm
http://www.ajedrezpinal.com/2010/12/de-lo-mejor-escrito-sobre-capablanca.html
http://www.taringa.net/comunidades/ajedrezapasionado/501398/La-Anecdota-de-Capablanca-y-el-Domino.html
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